Ante la anulación del tercer Plan General de Ordenación Urbanística de Chiclana José María Román pide arrimar el hombro a toda la corporación municipal ( leer aquí). Vaya acto de cinismo. Llevamos, yo al menos, seis años arrimando dicho hombro, más bien los dos. A pesar de las descalificaciones, de las acusaciones de querer parar la ciudad, de querer dejar en el paro a los trabajadores de la construcción, de las amenazas y de todo lo que ha habido en la política chiclanera en los últimos seis años.
Y es un acto de cinismo, por no decir algo más fuerte, que los que han estado durante el período corto de tiempo que nos ha correspondido el gobierno de la ciudad poníendo piedras en el camino, mientras más grandes, mejor. Sus compañeros de partido que mandan en Junta, Diputación y Administración del Estado saben perfectamente de lo que hablo.
Si no hubieramos querido arrimar el hombro no hubieramos estado desde el año 2003 pidiendo una y otra vez que las cosas se hicieran bien. Ya anunciamos hace años el final que iba a tener todo este culebrón que está suponiendo para Chiclana la aprobación de un instrumento fundamental para su desarrollo y su futuro como es el Plan General. Pero a la intención de colaborar y advertir de las consecuencias tan sólo se respondió por parte de Román y de la parte que él representa en el partido socialista a ataques, descalificaciones e insultos.
No hace falta que se nos pida que arrimemos el hombro, nunca hemos dejado de hacerlo. Otros cuando les ha tocado el papel de oposición no han hecho más que intentar paralizar Chiclana. Ejemplos hay a montones, los chiclaneros lo saben. Pués eso, cinismo a raudales y, sobre todo, la incapacidad demostrada y acreditada para llevar adelante esta ciudad. No conocemos a nadie en toda la geografía del estado español a quien le hayan anulado los tribunales tres veces consecutivas el Plan Urbanístico. Tenemos la plusmarca en eso también.
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